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22 de septiembre de 2015

Personajes que MARCAn TALAVERA: los Santos Mártires

En el siglo IV, en el período de la ocupación romana, vivieron los hermanos Sabina, Cristeta y Vicente, los Santos Mártires patronos de esta ciudad. Los tres hermanos nacieron en Talavera y, estando huérfanos, sufrieron las persecuciones a los cristianos llevadas a cabo en época del emperador Diocleciano.

En el año 303, la tetrarquía formada por Diocleciano, Maximiano, Galerio y Constancio emitió una serie de edictos que abolían los derechos legales de los cristianos. La persecución de Diocleciano, también llamada «Gran Persecución», fue la última y quizá más sangrienta en el Imperio Romano. El prefecto Publio Daciano, destinado en Hispania, fue el encargado de que se cumplieran estos edictos

Vicente fue denunciado ante el prefecto por ser cristiano, quien ordenó llevarlo al templo de Júpiter para obligarlo a ofrecer sacrificios, con amenazas de muerte si no obedecía. Según la leyenda, allí sucede el primer hecho prodigioso: la piedra del ara del dios se volvió blanda y las huellas de Vicente quedaron marcadas. En la actualidad, en la capilla de los Santos Mártires de la Colegial se encuentra esta roca que por tradición se ha creído que es la piedra donde se apoyó Vicente. Los guardias que lo custodiaban salieron aterrorizados y el joven fue a recoger a sus hermanas, Sabina y Cristeta, para escapar. Se refugiaron en una cueva dentro de la zona llamada Monte de Venus, que a partir de entonces pasó a denominarse Sierra de San Vicente.

Daciano envió un destacamento para detenerlos y los tres hermanos salieron huyendo hacia la ciudad de Ávila, donde finalmente, fueron capturados y martirizados cruelmente; les extendieron sobre un potro, azotaron, descoyuntaron los huesos y destrozaron sus cráneos machacándolos contra una piedra. Su entierro corrió a cargo de un judío convertido al cristianismo.


Imagen del Retablo de la Parroquia de los Santos Mártires de Talavera de la Reina.
Fuente: fondo parroquial

Los restos de los Santos Mártires se encuentran en la basílica de San Vicente de Ávila, su sepulcro es uno de los más bellos del arte románico español. En sus paredes están esculpidas las escenas más importantes de la vida y del martirio de los tres jóvenes.

En cuanto a la parroquia de Talavera, dedicada a estos santos, procede del traslado de otra parroquia de Talavera la Vieja desaparecida a causa de la construcción del Embalse de Valdecañas. El traslado de materiales comenzó en el año 1962.

Cenotafio de los Santos Mártires en Ávila.