Fue declarado Monumento Nacional en 1978, ya que es un ejemplo del mudéjar toledano, asemejándose con la ermita del Cristo de la Luz de Toledo.Tan solo se conserva el ábside poligonal de lo que fue un conjunto de edificios que formaban parte del hospital de Santiago. Hoy día podemos encontrar las oficinas de IPETA.
La historia de este edificio se remonta al años 1226 cuando a instancias de Don Alfonso Téllez de Meneses y su esposa Doña Teresa Sánchez lo fundan con el objetivo de conseguir la redención de los cristianos cautivos. Después paso a ser el hospital de la orden santiaguista. Conto con un amplio patrimonio integrado por heredades, viñas y otras propiedades adquiridas por la orden en el siglo XII.
En 1238 contaba con ocho lechos con sus mantas y una cadena con veinte colleras para cautivos moros, que canjeaban por cautivos cristianaos.
También se usó como alberque para peregrinos y viajeros.
Entre 1350 y 1475 no se tiene apenas documentación, lo que sí se sabe, es que fue perdiendo propiedades y se fue abandonando poco apoco. Su mala situación favorecía algunas enfermedades.
En el siglo XVI, abandonada su actividad como hospital se decide erigir la capilla en parroquia con el nombre de Santiago el viejo.
En 1580 se incorpora a la parroquia de San Martin, por tener pocos parroquianos. Y ambas finalmente se unieron a la de San Cemente quedando nuevamente abandonada.
En el siglo XVIII fue convertida en la ermita del cristo de Santiaguito, cuya advocación tomada de una imagen de talla de un Cristo románico que se encuentra en la actualidad en la sacristía de la Basílica del Prado.
Fue semiderribada en 1808 con la invasión francesa y solo se recuperó una parte en la mitad del siglo XIX cuando se instaló en ella una fábrica de jabón que se mantuvo hasta 1954, posteriormente fue una carpintería.
