Existen varias hipótesis sobre su procedencia, unos opinan que San Lucas vino a España, otros opinan que fue el discípulo predilecto del apóstol Santiago, Pedro I. otra hipótesis es la de Julián Pérez en un su tratado sobre la ermita del Prado. Se dice que fue un regalo a Talavera del rey Liuva, en el siglo VII. Este era hijo de Recaredo y sobrino de san Hermenegildo. O quizás, ¿Es un regalo de San Ildefonso a la ciudad como premio por los servicios prestados en la lucha contra el arrianismo, que defendía que María era Madre de Cristo hombre, pero no era Madre de Dios? El arcipreste Juliano afirma de la Virgen del Prado: "Era muy estimada de San Ildefonso." Y Pedro de Villarroel, escribano de la ciudad, menciona de nuevo la devoción que San Ildefonso tenía a la Virgen del Prado, y que desde Toledo vino a visitarla varias veces a esta villa.
Felipe II denominó a la Ermita de la Virgen del Prado "Reina de las Ermitas"; el Cardenal Quiroga (1577-1594) la llamó "Madre de las Ermitas". Tenemos noticias de las diversas restauraciones realizadas, la primera en 1210, la última en 1979.
Pío XII concede la Bula de la Coronación Canónica el 15 de Julio de 1956 y se lleva a efecto, con filial entusiasmo, el 30 de Mayo de 1957.
El 14 de Febrero de 1989 se firmaba en Roma, junto a San Pedro, una Bula Pontificia por la que se elevaba la Ermita a la dignidad de Basílica Menor por decisión de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, y se consagraba como tal el día 5 de Noviembre del mismo año.
Una de las cosas que más podemos destacar de nuestra Basílica es su cerámica que constituye un verdadero y singular museo de cerámica talaverana de incalculable valor. Allí no solo se recogen las muestras de cerámicas propias de la basílica sino de todas las iglesias desaparecidas en la actualidad.
Los azulejos representan varias partes de la biblia entre ellos:
- La anunciación.
- La visitación.
- El nacimiento del Salvador.
- La circuncisión.
- Adoración de los Santos Reyes.
- La presentación en el templo.
- La huida a Egipto.
- El niño hallado en el templo.
- Las bodas de Caná.
- La crucifixión.
- La resurrección.
- La ascensión.
Otra muestra de la riqueza de nuestra cerámica es su sacristía decorada sus muros de primorosos azulejos, llenos de brillo y color con motivos florales, hojas de acanto, bellas mariposas entre otros.
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